“Las mujeres somos inspiración, gracia y belleza. Dios nos
concedió el don de la vida y con ella nos dio la capacidad de ser fuertes para
defenderla; de contar con la sabiduría para nutrirla y con el tesón para salir
adelante” (1)
SOY es mi primera dimensión. Es por ello que la primera
entrada de mi blog en esta dimensión lo haré destacando que SOY MUJER. Solo
decirlo me llena de satisfacción pues soy consciente de lo ha significado ser
mujer en la historia y lo que significa ser mujer en la actualidad. Me siento
como muchas mujeres que viven sus emociones en un solo día y que con una sola
mirada pueden transmitirlas día a día. Dignas
mujeres cuyos vientres hospedan otras almas y al dar a luz quedan ciegas ante
la belleza de sus hijos. Mujeres que enseñan a volar pero luego, no quieren ver partir a sus pajarillos aunque
no le pertenezcan (2).
La historia ha sido sinónimo de lucha para nosotras las
mujeres. Cambiar por completo el paradigma
que el rol de la mujer es estar dedicada a las tareas del hogar y al
cuidado de los hijos tomará aún tiempo. Por
ello, como mujer, coincido con otras
personas, que el concepto de “femineidad” no solo tiene que ver con las responsabilidades
tradicionales relacionadas a la educación y formación de nuestros hijos.
Femineidad también involucra creatividad, responsabilidad y entusiasmo para
afrontar retos de manera exitosa y destacada en nuestra sociedad (3).
Toda mujer merece un reconocimiento, sea madre o abuela, hija
o sobrina, hermana o tía, vecina o amiga, profesional o ama de casa. El milagro
de dar vida es solo uno de los significativos valores de la mujer (4). El amor
de una mujer a su pareja, a sus hijos, a su trabajo, a los que le rodean, es
inagotable y es razón de un sinfín de esfuerzos que realiza durante toda la
vida.
Manifiesto mi admiración por esas mujeres que buscan
afanosamente nuestra libertad e igualdad en
todas las áreas de la sociedad y especialmente, en el área laboral y en
la defensa de nuestros derechos individuales y colectivos en los cinco
continentes (5). “El mundo de hoy, por lo tanto, se abre ante la mujer, como un
campo, para que ella plante la semilla de su femineidad y ésta pueda dar fruto”
(6). Solo así la sociedad será enriquecida con los aportes de lo femenino para
complementar lo masculino y compartir valores y potenciar sus esfuerzos de cara
a los nuevos retos y a los nuevos
tiempos (7).
Cuanta alegría hay en mí por ser mujer y ser hija de otra mujer
dotada con tantas cualidades especiales. Esa mujer es AIDA, mi madre.
Un poema y una canción complementan mi escrito. El primero, en una presentación, de Gabriel García Márquez “El dulce sabor de una mujer exquisita". La segunda, en voz de Ricardo Arjona, uno de sus éxitos musicales, "Mujeres".
Saludos a tod@s.
Referencias
(1)
informador.com.mx.
(2)
Ebm, en buenas manos.
(3)
Entremujeres.
(4)
Tuvozentuvida.
(5)
Mujeractual.
(6)
Buenas tareas.
(7)
Clubensayos.
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